Autogestion: Gestion por uno mismo. Limites y Posibilidades

Trabajo Grupal de la Maestria en Entidades de la Economia Social de la Universidad Nacional de Rosario.

AUTOGESTIÓN: Gestión por uno mismo. Límites y posibilidades.

El individualismo reinante dentro del trabajo colectivo es consecuencia ineludible de la cultura actual, la cual forma parte de un paradigma hegemónico, sustentado en la lógica de la competencia.  Es así como el conglomerado de ideas se aferra al centro de la escena sin considerar la periferia.   La pregunta entonces es: ¿Otro camino es posible?

Posible sí, fácil y simple no; la complejidad de la autogestión resulta un auténtico desafío. Existe un modo de actuar, vivir, pensar y trabajar diferente, que permita la construcción de nuevos paradigmas. La autogestión se presenta como un espacio donde se impone operar en conjunto, actuando como una unidad, donde la cooperación resulte el común denominador y una alternativa al modelo asalariado, jerárquico y vertical. Implica romper con las ideas hegemónicas para lograr una construcción más sólida, sana, justa y equilibrada, cuyos pilares sean la igualdad, la reciprocidad, el respeto, el reconocimiento, la sinergia y la autonomía. Pero requiere de un compromiso concreto y verdadero con la participación y una disposición genuina a colaborar con lo colectivo.

Se trata de replantear esta práctica social relacionada a la organización del trabajo, asociándola a un proceso de transformación política y cultural, no sólo técnica. Sólo se puede pensar desde la lógica de la multiplicidad, con la convicción de trabajar con una real amplitud de criterios, ya que si hubiese una única verdad no tendría sentido buscar alternativas.

La autogestión se sustenta en un modelo solidario y equitativo, donde el producto del conjunto siempre resulta mayor que la suma de las individualidades, e invita a reflexionar sobre competencias que demandan una concreta racionalidad comunicativa. Es un proceso abierto y plural, donde prima lo colectivo sobre el poder del capital, potenciando el desarrollo del individuo como sujeto social. Un proceso que va de acuerdo al modelo de democracia directa y participativa,  donde el poder es compartido a base de consensos.

No somos sujetos que por naturaleza tengamos incorporado el método del proceso de autogestión, ya que nacemos y nos desarrollamos bajo otra lógica. Nuestros procesos de socialización provienen de la predominante lógica capitalista y forman nuestra identidad como sujeto.

La autogestión se debe aprehender a través de reglas construidas en conjunto y fundadas en prácticas democráticas, dentro de procesos flexibles, en los cuales se  reformulan permanentemente los acuerdos, logrando superar la distinción entre quien toma las decisiones y quien las implementa, convencido por haber sido parte de su construcción (se trata de “mandar obedeciendo”).  La autogestión exige una progresiva superación de cualquier tipo de sometimiento establecido por relaciones de poder; que permita superar la actual cultura de la sumisión. Nos abre el camino para apostar por el desarrollo del pensamiento propio, un pensamiento responsable, activo y crítico.  En definitiva, nos invita a confiar en el otro como un par cuyo aporte me interesa y respeto, pero por sobre todo nos lleva a comprometernos, vincularnos, involucrarnos junto a los demás en un proceso conjunto, donde la autonomía, la reciprocidad y el reconocimiento pasan a ser los valores fundamentales del mismo.